Si todos odian a los miserables, ¿cómo han de odiarme entonces a mí, que soy el más miserable de los seres humanos? Pero tú, mi creador, también me detestas y me desprecias, a pesar de que soy obra tuya y de que estoy ligado a ti por los lazos sólo disolubles por la desaparición de alguno de los dos. Quieres matarme. ¿Cómo te atreves a jugar así con la vida y la muerte? Cumple tu deber para conmigo y yo cumpliré el mío hacia ti y el resto de la humanidad. Si aceptas mis condiciones te dejaré en paz a ti y a ellos.
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